Believe


Bueno aquí me encuentro nuevamente frente al folio, mi fiel confidente. Es curioso recordar esta historia. Quien iba a pensar aquel verano cuando nos cruzamos por primera vez, que esa chica que conoces de fiesta como tantas otras personas, de la que solo esperas que te dé un poco de su vodka lima y que piensas que lo más normal sería que no la volvieras a ver, se iba a convertir en tu mayor soporte, en tu primer pensamiento al abrir los ojos y en el último al cerrarlos, esa persona que es capaz de sacar la versión más pura y auténtica de ti, esa persona que con su sola presencia calma todas las tormentas y hace brillar el sol aunque afuera llueva, esa persona capaz de hacer de sus brazos tu hogar, ese refugio donde mi persona crece, donde se siente fuerte.

Como no hacer todo lo posible por sacar esa sonrisa que me deja embobado, con esos hoyuelos que automáticamente dibujan una sonrisa en mi cara, como no perderme en ese universo que esconde esa ojerosa mirada, como no derretirme con esa tez suave inundada de pequitas, como no querer recorrer cada uno de los lunares de tu cuerpo dibujando constelaciones, como no estar orgulloso de todas esas victorias marcadas en tu piel.

Es por ello que este humilde enamorado servidor, que ni siquiera es capaz de manejar estos nuevos sentimiento que has conseguido despertar en mí, y que se repite más que el ajo, no puede hacer otra cosa que pedir disculpas por ello y ofrecerte hasta la última gota de su ser para hacerte feliz, invitándote de forma necia y alocada quizás, a que te embarques en este pequeño bote atrancado, paciente, aguardando que estés lista para zarpar y surcar este océano de vida adonde el azote de la brisa nos lleve. Quien sabe, quizás terminamos a horillas del rio Sena.

Comentarios

Entradas populares