Un pedacito de mi historia


Bueno pues supongo que todo empezó aquel 13 de agosto, o bueno algunos dirán que empezó cuando era un feto, aunque quizás no haya dejado de serlo, pero bueno no es momento de reflexionar sobre esas cuestiones vitales. Todo empezó molestando, como creo que hago muchas veces, si, les jodí las vacaciones a mis padres, es lo que hay, pero bueno empezamos rápido con las inseguridades…
De pequeño, como la mayoría de hijos únicos, era un niño mimado, para lo bueno y para lo malo, solo con decir que podía hacer una fila de coches de una punta de la casa a la otra creo que queda demostrado. Sé que mis padres lo han sacrificado todo y más por mí y no ser capaz de agradecerles todo lo que han hecho por mí es algo que siempre me atormenta, no corresponderles con el mismo amor que siempre me han procesado.

Supongo que en parte es por eso que cada vez más busco alejarme de allí, como se suele decir, si no miras no está. Obviamente no lo han hecho todo perfectamente, son humanos ¿no? Pero si, obviamente siempre hubiera deseado algo más de cercanía por su parte, nunca he sentido esa confianza necesaria. Por supuesto que la actitud de mi madre nunca ha ayudado, pero aquí entra uno de los problemas que más me taladran la cabeza 24/7, y sí, como no, aquí viene mi dificultad, por decirlo de alguna manera, de mostrar mis sentimientos, que novedad ¿no? Quizás detrás se esconden el miedo al rechazo y a sentirme vulnerable al contar mis pensamientos más íntimos y exponerme a que me hagan daño.

Puede que gran parte de culpa de mis inseguridades la tenga mi época de ESO, sí, me salto primaria porque yo lo valgo, básicamente porque era un niño feliz que se llevaba con todo el mundo y se la sudaba todo. En esa época, como ya he dicho, yo me llevaba con todo el mundo, del sexo masculino obviamente, porque del femenino no me hables, que me sonrojo. Lógicamente no todos se llevaban con todos, y se formaron dos grupos, los guais y el resto que no tenían donde caerse muertos, ¿cruel? sí, pero nadie te lo va a desmentir. Como no Asier estaba con los dos grupos, ¿cómo? Porque es un mago del multitasking, y aunque no sabía ni sabe mentir, mentía a nivel de un político. Obviamente llegó un punto en que aquella situación era insostenible. Con unos me sentía a gusto, podía ser yo y con otros tenía que crearme un personaje para encajar, así que la decisión parecía clara. Sí, lógicamente me quedé con los que se juntaron porque no había otra, y eso se ve que a los populares no les sentó bien, aunque en sí se la sudara completamente.

Pero claro que alguien se vaya al otro grupo no podía ser, con lo que sí, aunque no se notase mucho y en sí tampoco fuera gran cosa, me hicieron bullying, y sí, de eso me he dado cuenta años después, y entre esa gente y otra que apenas hubiera visto unos minutos en esa época, se han generado la mayoría de mis inseguridades físicas principalmente.

Ese bullying obviamente tenía que desahogarlo de algún modo, el primero y más diario era el partidillo de los recreos, aquello era una auténtica batalla campal, luego, sí, también he hecho bullying, ¿quién fue mi víctima? La víctima más fácil, al que todo el mundo hacía bullying, sí, así de cobarde fui, y sí, es de lo que más me arrepiento. Cabe destacar que me gané un parte con ello. Pero bueno en esa época fue cuando más unido he estado al que considero mi mejor amigo, al que hasta el último curso de primaria ni hablaba, y se convirtió en alguien imprescindible en mi vida.
Cómo no recordar con una sonrisa aquellas tardes después de clase en el parque hablando de cualquier gilipollez o de cómo me cazaste haciendo un minucioso seguimiento de la trayectoria del culo de chelvi o la tontuna del día.

Él siempre lo ha tenido más difícil que yo, el sí que ha sufrido bullying, con todas las letras cuando era pequeño, ha tenido que ser la pelota que se pasaban sus padres en sus disputas, dejarlo todo en una ciudad para empezar de cero, autolesiones… Que se fuera a fachadolid obviamente afectó bastante a nuestra relación, pero la verdad es que gracias o por desgracia, no sé, toda esta situación está haciendo que nuestra relación vuelva a lo que era antes, y de verdad que no se podría aplicar mejor el concepto de “no hay mal que por bien no venga” que en esta situación.
Después vino Bachiller, nueva etapa, nuevo colegio… y mentiría si no dijera que fue una mierda. 1º de Bachiller, cómo definirlo, la peor época de mi vida creo que es bastante apropiado. Al principio tenía una sensación extraña al llegar a casa, como que no pertenecía a ese lugar, aunque en la mayoría de las clases tenía a amigos del colegio.

Lógicamente mi personalidad curtida cual bunker de la línea maginot no ayudó. Todo esto derivó en una situación en la que no encontraba motivación por nada, lo cual repercutió en los estudios, y esto a su vez en conflictos en casa que como comprenderás no ayudaban, y que hicieron que me distanciara más de mis padres.

Por resumirlo, eso año era un chico que iba a clase, se tumbaba en su pupitre, llegaba a casa, se tiraba en frente de la tele, porque en algo tendría que pasar el tiempo, comía por ansiedad por no saber qué hacer con su vida, y se sentía mal por ello y volvía a comer. Obviamente esto hizo que me pusiera como un tonelete, y bueno creo que en esta época es la única vez que he llorado delante de mis padres, quitando las rabietas de niño pequeño porque no me compraban el coche o no me daban la galleta, sí, lo de gordo ya venía desde pequeño, por algo mi primera palabra para desilusión de mi padre fue galleta.

Para salir de esa mierda no te puedes imaginar lo que me ayudó escuchar al “rapero” Porta, sí, no sé cómo podía escuchar esa mierda, pero oye, siempre me acordaré de lo que hizo por mí.
Segundo fue bastante más tranquilo y la verdad es que no hay nada que destacar, más halla de innumerables anécdotas, lo cual, teniendo en cuenta el año anterior se podría decir que es suficiente.
Entonces llegó la universidad, a consecuencia de una decisión, seguro influenciada de forma indirecta, aunque algo directa también por mis padres, acabé en Donosti, donde lógicamente era todo nuevo para mí, y sí, como en cualquier cambio brusco que das a tu vida, esperaba que todo fuera diferente, que pudiera ser más yo, una persona totalmente diferente a la probablemente encasillada por las opiniones de los demás, que se había mostrado anteriormente.

Todavía recuerdo aquel primer día de presentación en el que no conocía a nadie y todos parecía que se conocían entre ellos, pero bueno, pronto encontré gente con la que estar, porque no se les puede considerar otra cosa. Se podría decir que viví un flashback de cuando en la ESO estaba entre dos grupos, y mi decisión fue la equivalente. En general el primer año en la uni fue duro, aclimatarse, malos grupos de trabajo y mi tarea favorita, socializar. No sé, muchas veces me pregunto si no seré un poco autista, pero luego me doy cuenta de que simplemente soy gilipollas y ya está, pero, no pondría una mala nota a ese año básicamente por lo vivido en olarain.

Me acuerdo el primer día cuando no conocía a nadie y al bajar a cenar no sabía dónde ponerme, me puse con otros dos chicos, que tenía el cartel de novato en la frente y esa noche se unió uno más. Ese pequeño grupo llegó a ocupar más de una mesa de esas gigantes de comedor de colegio americano, y no, no era porque fuéramos unos putos gordos. Ese grupo que hizo que lo que podría haber sido un año desastroso, acabara siendo un año muy especial. Como en cada cena, se olvidaban todos los problemas y raro era el momento en el que se me quitaba la sonrisa de la cara. Cómo olvidar esas interminables noches de futbolín hasta que apagaran la luz. Cómo olvidar todo lo que aprendí ese año y lo que me ayudaron esa panda de grillados que no saben lo que significaron para mí en ese momento.

Segundo podríamos decir que fue al contrario que primero, todo lo que me dio olarain el año anterior me lo dio la uni y viceversa, aquel grupo de olarain se rompió por completo, y las cenizas de ese grupo y los fichajes veraniegos no consiguieron crear esa misma sensación de familia.
Entonces llegamos a este año, en el cual he llegado a un punto en el que me siento perdido, en todos los aspectos, y me cuestiono hasta lo más profundo de mi ser, desde el qué quiero hacer con mi vida, hasta el quién soy, pasando por nuevos sentimientos.

Porque sí, sin duda podemos confirmar que hasta ahora nunca me había enamorado, y de momento la balanza se inclina hacia que el amor es una mierda, puede que algún día cambie, quién sabe.
También me he comido mis palabras con patatas por defender siempre que no lloraría por amor, y sí, me la han metido doblada.

Podría decirse que soy ese chico que se encuentra en continua huida de su ser anterior, que, aunque parcialmente lo consiga y pueda mirarse al espejo y ver el reflejo del sol que marca el camino a seguir, otras veces se encuentra con la sombra que le persigue, que por más que avanza nunca se va. Esta es una pequeña pincelada de mi historia, para más contenido suscríbanse y denle like

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